CAF y UNDRR invitan al lanzamiento de esta guía que busca mejorar las condiciones de acceso a la educación, enmarcando la intervención en el Marco Integral de Seguridad Escolar y la presentación del caso de Costa Rica como un ejemplo de buenas prácticas en materia de seguridad escolar.
Los desastres en la infraestructura escolar asociados a la ocurrencia de fenómenos naturales pueden tener un gran impacto en los niños y jóvenes, los maestros, el personal escolar y los sistemas educativos en general. Los estudios sobre las tendencias de los desastres y las consecuencias del cambio climático sugieren que cada año, es probable que 175 millones de niños se vean afectados solo por los peligros relacionados con el clima. Por ello, la mayoría de países a nivel mundial reconocen la necesidad de garantizar que las escuelas sean lugares seguros y con las condiciones necesarias para hacer frente a las distintas amenazas climáticas, geológicas, biológicas o de otra naturaleza que puedan presentarse y afectar el curso normal de las actividades educativas, así como el bienestar de quienes hacen vida en las instalaciones escolares.
Con el interés de construir una cultura de seguridad y resiliencia en todos los niveles de la sociedad, y específicamente en el sector educativo, CAF -banco de desarrollo de América Latina- en alianza con la Oficina de Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres, UNDRR, ha desarrollado la “Guía de gestión de proyectos de infraestructura en el contexto del Marco Integral de Seguridad Escolar” como un aporte al fortalecimiento del apoyo técnico que se ofrece desde ambas organizaciones para asegurar que los proyectos de infraestructura educativa no solo satisfagan las necesidades desde el ámbito educativo sino también desde la seguridad.
Esta guía es un esfuerzo que tiene como objetivo brindar a los responsables en el diseño y en la toma de decisiones en los ministerios de educación de América Latina y el Caribe, herramientas e información sobre dónde y cómo invertir de manera más apropiada y eficiente los recursos disponibles en el fortalecimiento de la seguridad de los centros educativos, así como apoyar en la creación y el fortalecimiento de las capacidades de los ministerios y sus socios estratégicos, tanto para la evaluación de la infraestructura educativa, como para la gestión del riesgo de desastres en las escuelas y la educación para la resiliencia; pilares del Marco Integral de Seguridad Escolar (MISE).